Los datos son la materia prima usada para entrenar un algoritmo. Por ello, la cantidad y calidad de dichos datos tendrán una consecuencia directa en sus resultados hacía el futuro. El acceso a estos datos marca uno de los primeros retos a los que se enfrenta el desarrollo de la IA, y también la necesidad de analizar su impacto social así como la responsabilidad de monitorear sus resultados.